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miércoles, 16 de junio de 2010

Me quedo con el basket

Como los 64 partidos del Mundial de fútbol sean como los que se están viendo hasta la fecha, y teniendo en cuenta que muchos de ellos son en la hora de la siesta, se escucharán más ronquidos que otra cosa. Después de todo lo que estamos viendo hasta ahora, la verdad, me quedo con el basket. Realmente, un partido de fútbol soporífero puede llegar a ser insoportable; a lo contrario del basket, un deporte en el que un partido malo puede ser apasionante… por la trascendencia de la victoria. Un ejemplo lo tenemos en el quinto de las semifinales de la ACB entre el Baskonia y el Real Madrid. Parecía que no se jugaran nada, puesto que aquello era un despropósito tras otro, pero como que se disputaban un lugar en la final el partido fue atractivo para el telespectador. También en la final de la ACB ha pasado algo parecido: en el tercero y definitivo tampoco hubo un gran baloncesto, pero se jugaban el título –que no era broma-. Fue emocionante y de infarto final!

Por eso digo que me quedo con el basket. Este deporte sí que garantiza espectáculo: el intercambio de canastas ya lo es, de por sí. Una buena defensa es atractiva para el espectador de baloncesto…, pero no para el de fútbol. La Champions League la ha ganado un equipo que no practicaba un fútbol vistoso, de juego defensivo, y no era la mejor opción. Por desgracia, en ese deporte, un equipo destructor, poco atractivo, puede hacerse con la victoria. En baloncesto no pasa: el que gana es el que hace más puntos, el que tiene un mejor balance entre ataque y defensa. Por esa razón, un mundial de baloncesto siempre será más bonito de ver que uno de fútbol –en que no se acaba de ver algo decente hasta prácticamente el final-.

Los playoff son, de por sí, interesantes. La NBA llega al séptimo entre Lakers y Celtics con espectáculos garantizados en casi todos los enfrentamientos de la serie final. Lástima que, al final, la ACB se acabara tan pronto. En LEB y demás categorías de la FEB hemos vivido también emociones. Los cinco del Menorca, el ascenso del Huesca, la liga del Ros Casares… Ahora sólo queda tirar del DVD y recuperar partidos interesantes de la temporada, porque si nos tenemos que fiar del fútbol vamos apañados!

Hay que dar la enhorabuena al Baskonia, que con total merecimiento ha ganado al mejor Barcelona de la historia, también de baloncesto. Le llegó tarde y en mal momento, a los de Xavi Pascual, la serie final. El 0-12 del inicio del primer partido ya lo decía todo. En cuanto al arbitraje, que algunos han criticado con dureza, yo no lo vi mal. Errores, sí; pero por lo menos hubo unas caras nuevas, siempre necesarias. Seguro que así lo harán mejor, los nuevos, claro.

lunes, 10 de mayo de 2010

Gran Barça

Se cumplió el sueño. El Barça ya es campeón de Europa de baloncesto. El mejor equipo del continente ha obtenido su recompensa, cosa que no pasará en el fútbol –que el mejor se quedará sin la coronación-. Este equipo es, sobre todo, un equipo. Dice Ferran Soriano, ex vicepresidente del FC Barcelona, en su libro “La pelota no entra por azar”, que las cosas no pasan porque sí, pues hay un trabajo detrás que decide si un penalti entra o no entra, aunque parezca mentira. Y este equipo se ha forjado bien desde el inicio. No me cansaré de recordar el trabajo de un buen profesional, pero sobre todo una buena persona: Joan Creus. Con él es fácil entenderse. Ha sido un ejemplo como jugador, como entrenador y ahora como directivo-ejecutivo. Ha hecho un equipo con un entrenador de casa, con la base catalana, y ha sabido redondear la plantilla con unos buenos foráneos, implicados e integrados al máximo. No tendrían que tardar tanto en ganar Euroligas... Dos de once Final Four es un corto bagaje a tanto trabajo (siete finales y sólo dos de ellas acabadas con éxito). Pero no es tan fácil ganar… y menos repetir años fantásticos. Este Barça está batiendo récords. Si el año pasado se habló del Barça del Triplete (en fútbol), este año se puede llegar a hablar del Barça Tetracampeón en básket, si gana la Liga ACB… y con unos registros espectaculares –el mejor campeón de la liga regular y el único equipo que sólo ha perdido dos partidos en la Euroliga!-. Qué grande, este Barça! Felicidades a todos!

La final de ayer fue descafeinada, ciertamente. Las semis con en CSKA daban más miedo de principio y así fue. Ya hubiera sido desastre perder con los griegos, con la crisis que tienen encima, verdad? Lo peor de la final, la actitud del Olympiakos: continuo diciendo que este tipo de equipos, en los que las protestas son tan desagradables, y que no tienen su castigo, no son el mejor ejemplo para los jugadores y equipos de base, en formación –ni para los senior, vaya-. Ver cómo trataban a los árbitros, cuando no tenían ninguna razón, es vergonzoso. El saber estar es muy importante y los griegos no se han distinguido nunca por saber perder, por lo que lo mejor es sancionar esas actitudes antes de que degeneren en despectivas. Es difícil, no obstante, arbitrar a un equipo así, sobre todo en una final, pero si se tuviera el apoyo de los dirigentes, otro gallo cantaría...

Desde aquí también me gustaría hacer llegar una felicitación a Daniel Hierrezuelo, el árbitro que nos representaba en esta Final Four de París 2010. Es un poco frustrante para un árbitro ver llegar a la final a un equipo de su liga, porque eso le elimina de poderla dirigir. Pero así es la vida del árbitro en los campeonatos internacionales: cuanto mejor es el equipo de tu país, peor lo tienes para conseguir logros para tu currículum particular. Yo, a Hierrezuelo, antes de comenzar, le deseaba lo mejor: un buen partido de semifinal y una fantástica final de consolación!

Qué grande que es el básket! España, campeona del Europeo de Polonia, y el Barça, de la Euroliga!! Estamos en un buen momento, que la fiesta continúe… Felicidades, Barça, que tu modelo es el bueno!

¡Suerte, Barça!

Qué ganas que tengo de ver la primera semifinal de esta tarde entre el CSKA y el Barcelona! Todo el mundo da por hecho que el Barça llegará a la final… y que la ganará. Eso me da miedo. La etiqueta de favorito no ayuda a conseguir objetivos; más bien lo contrario. Por lo que ese punto tal vez sea el más negro que tiene por delante un equipo que se merece por juego, por resultados, por justicia, su segunda Copa de Europa. Perder sólo dos partidos en una competición larguísima, y uno de ellos de la manera que se produjo en Belgrado, es un bagaje difícil de igualar. El mejor equipo de la historia de la liga regular de la ACB necesita redondear un año espectacular.

Lo malo es su currículum europeo: 11 veces ha llegado el equipo azulgrana a la Final Four de la Euroliga y sólo una vez ha conseguido su objetivo –en Barcelona, el año 2003-. En el 91 y en el 96 también llegó a la cita de París, y esta vez es la tercera, que esperemos que sea la vencida. La segunda Copa de Europa del equipo de fútbol también la consiguió en París… No sé, creo que se dan muchas casualidades como para que el equipo de Xavi Pascual se alce con el triunfo final.

La verdad es que este grupo se la ha ganado. Alguna otra vez he alabado el trabajo de Pascual y de Agustí Julbe –segundo entrenador, hermano de Alfred, y compañero mío de promoción de Periodismo-, pero es que han conseguido hacer un equipo compensado, de amigos –me atrevería a decir-, de jugadores en que el compromiso, el amor a unos colores y a una afición que no les ha dado nunca la espalda, en el que la cantera –frente a la cartera de otros- lleva la batuta del vestuario y del cinco inicial.

Me gustaría estar ahora mismo en París y presenciar en directo una nueva Final Four. Me gusta este deporte y, pese a tener el corazón de árbitro, también me gusta ver ganar a los equipos que hacen bien las cosas, que tienen un modelo, que saben el camino a seguir, sin que el dinero sea la línea editorial...

Recuerdo y recordaré toda la vida la final del 96, en la que Vrankovic taponó ilegalmente el lanzamiento de José Antonio Montero, que le daba la victoria al Barcelona, ante la inhibición del colega israelí –que ha reconocido su error, estos días-. El domingo previo a esa final le hice una entrevista radiofónica a Montero, en la que le dije que presentía que tendría un papel destacadísimo en esa final a cuatro que comenzaba el martes. Lo tuvo el jueves… y de qué manera!

Bien, a pocas horas del inicio del partido de esta tarde, sólo tengo un deseo en la cabeza: que no le falte la suerte, al Barça, y que el lunes pueda escribir un nuevo post con alegría… doble?

miércoles, 14 de abril de 2010

Defectillos

Seguí con atención arbitral la serie de la Euroliga entre el Barça y el Madrid. Los dos primeros partidos, en directo desde el Palau Blau-grana, con lo que la crítica es más real, pues el realizador de las imágenes que veía era yo mismo. Creo que el arbitraje no condicionó el resultado final de esta serie de cuartos de final, pero sí que hubo cosas que no me acabaron de gustar. La primera, y más importante, la falta de control de partido. En unos choques en que se juegan tanto ambos equipos, que un jugador y/o entrenador se sobrepase es muy fácil de parar: una falta técnica y se acabó la historia. Pues bien, la señal de la falta técnica sí que se hizo en muchas ocasiones, pero no se acompañó con el correspondiente pitido. Se amenazó públicamente –que lo viera todo el mundo, sobre todo-, para que se diera cuenta el jugador en cuestión que a la próxima protesta se le sancionaría con una falta técnica. Pues bien, se produjo la segunda y la tercera protesta y no se sancionó con la misma. Consecuencia: pérdida de credibilidad y de control del partido. Ese es uno de los grandes defectos de un árbitro: amenazar y no cumplir la amenaza a la siguiente ocasión que se produce la misma situación.


No es tan difícil pitar una técnica. Está claro que una técnica puede arreglar un partido… o también estropearlo, pero en un partido de alto voltaje el recurso de la técnica es más beneficioso que perjudicial. Lamentablemente, no sólo se produjo en el primer partido, esa situación, sino que fue una práctica habitual.


Tampoco considero bueno para el espectador y para los jugadores jóvenes que un jugador abrace a un árbitro o que éste último dé golpecitos de complicidad a un jugador. Aquí no estamos para torear, sino para arbitrar… y bien. Son cosas que, si bien cuando estaba en activo lo podía llegar a comprender, una vez pasado a la reserva doy la razón a aquellos que me recriminaban alguna semejanza a lo que estoy relatando.


Otro defectillo que también detecté en la serie fueron los pasos no señalados, determinadas faltas duras que pasaron como normales y la poca colaboración arbitral existente –entiendo que el idioma es una barrera para muchos de los que arbitran partidos europeos, pero para eso está el prepartido, para prepararlos bien-. Tampoco encuentro acertado designar a un árbitro español para una eliminatoria entre españoles. Tiene mucho más que perder que no ganar, estar ahí en medio. Es el canal de acceso al trío y siempre se pide que ese árbitro “amigo” ponga un poco de orden al posible “desaguisado”. Las guerras europeas entre españoles que las piten los que pitan los partidos europeos a los equipos españoles. Siempre será mejor para todos.

martes, 16 de marzo de 2010

Cuestión de estilo

Estamos viviendo unas semanas en las que dos modelos muy diferentes de gestionar un club comienzan a dar sus frutos. Desde pequeño, siempre he pensado que la situación óptima para mi equipo sería que la base estuviera formada por jugadores de la cantera y que las estrellas lo redondearan –dos o tres, a lo sumo-. Pero resulta que llegó la Sentencia Bosman y los equipos se comenzaron a llenar de extranjeros, la mayoría de ellos de menor calidad que los jugadores de casa, pero que convenían más –a los intermediarios y a los clubs, claro-. Ahora, como pasa normalmente, dicho número se ha comenzado a equilibrar, si no se ha superado ya por los antiguos de la casa, pues económicamente la situación no se aguantaba.

Y llegó la crisis, en la que todos los clubs, excepto los de siempre, se apretaron el cinturón. Y continúan con él apretado, menos unos cuantos de los de siempre. Y ahora resulta que las políticas de cantera se están volviendo a implantar. La pregunta era de fácil respuesta: ¿para qué hacer venir gente de fuera si los de casa cobran menos y están más implicados, y su rendimiento hasta supera al de los foráneos? Por lo que ahora se apuesta más que antes por la cantera. Pero claro, la cantera no da sus frutos en dos días. Hay clubs que han llegado a despreciarla tanto que rehacerla cuesta tanto como un campo nuevo. Y ahí voy: me hace ilusión ver cómo los clubs que apuestan por la gente de la cantera triunfan. Me entristece ver cómo los entrenadores (extranjeros la mayoría, claro) se dirigen a su equipo en una lengua externa al Estado español. Cuando los micrófonos de las TV pretenden captar las palabras de los entrenadores nos damos cuenta que nuestras ligas parecen ligas extranjeras. ¡Cómo van a sentir igual los colores de un club jugadores que no conocen nuestra cultura, nuestras costumbres, nuestra manera de ser!

En la última edición de la Copa del Rey de la ACB tuvimos la ocasión de ver la flor y la nata del baloncesto español (y europeo). Dos de los mejores equipos de la liga tienen entrenadores que dirigen en inglés, la lengua vehicular del equipo. Pero resulta que el campeón, no. Me alegro. Espero que cada vez haya más equipos en los que el desequilibrio por su calidad venga de casa, y no de fuera. Sólo es cuestión de cuidar a la cantera, mimarla, trabajarla… y darle oportunidades. En el fútbol también vemos un caso similar (8 de 11 de la cantera salen cada domingo de titulares y ganan Copas de Europa). El hecho de tener entrenadores de casa comienza a suponer un valor añadido en nuestro deporte. Aunque no hay que generalizar: los de fuera cobran bien, los de casa trabajan y se implican mejor. De lo contrario: ¡eurofracaso al canto!

lunes, 15 de febrero de 2010

Retorno al Dardo

Hace unos días, un amigo que no sigue muy de cerca las ligas y la actualidad del basket me comentó que quiso saber cómo iba la Liga (ACB, en este caso) y que se quedó perplejo. Su asombro era evidente: no sabía quién era cada uno de los equipos que tenían tapado su nombre por el del sponsor. A veces, hasta a mi me resulta difícil de relacionar la marca Meridiano con Alicante, a Blancos de Rueda con Valladolid o a Power Electronics con Valencia, por ejemplo. Ya no digamos que una misma marca publicitaria como Lagun Aro pase de patrocinar al Bilbao a hacerlo a su rival de San Sebastián –suerte que Bilbao Basket ha salido con su nombre y no con otra marca, porque si no lo hubiéramos perdido en el mapa de la clasificación.

El hecho es que en una época como la actual, en que todos vamos con la crisis económica a cuestas, nos vemos obligados a vendernos hasta la identidad por conseguir algo más de dinero del sponsor. ¿Tanto es, ese dinero plus que da el patrocinador para que se ponga únicamente su nombre, por encima del club/equipo? ¿Por qué no volver a los binomios que ya empezaron hace dos décadas: Cacaolat Granollers, Ron Negrita Joventut, Estudiantes Bose, Collado Villalba, Clesa Ferrol, Pamesa Valencia, Tau Vitoria…?

De la manera como está montado el mundo del deporte, y en especial la Liga ACB (y entiéndase que no es una crítica destructiva), necesitaremos volver a disponer de la chuletita que se puso de moda a partir de los años cincuenta a raíz de los primeros marcadores que informaban de los partidos de la liga de fútbol –y que se mantuvo durante veinte años, hasta que comenzaron a salir los marcadores electrónicos-: los populares marcadores simultáneos Dardo. Para los que no saben de qué estoy hablando, explico brevemente: un gran tablero de madera tenía una marca publicitaria que estaba asociada a cada partido de la jornada, al lado de la cual estaba el resultado del mismo (a la izquierda el local y a la derecha el visitante). Si se quería saber a qué partido correspondía un determinado anuncio (Reloj Duward, Danone, Paños Bámbara, Cervezas El Águila…) uno debía de llevar el listado de los partidos con su publicidad correspondiente, que se publicaba en los periódicos del día. Así, cuando el encargado del marcador cambiaba un cero por un uno, te tenías que echar la mano al bolsillo para saber dónde se había producido el gol y a favor de quién era.

Pues bien, ahora, cuando miramos las clasificaciones y las crónicas de los partidos, si no están datadas o si en la propia crónica no hay alguna alusión directa al club o al equipo, nos resulta complicado saber si el Caja Laboral es el nuestro o lo es el Ayuda en Acción, por poner un ejemplo de dos equipos que han cambiado de nombre. Por cierto, a mi amigo le dije que mientras no se aprenda la asociación del sponsor con el equipo, que lleve siempre consigo la chuletita, ¡que nunca va mal!

martes, 29 de diciembre de 2009

Por buen camino

Estos días de Navidad, en que todo el mundo se acuerda de felicitar las fiestas y de desear “todo lo mejor” para el año que comienza, también son períodos de reflexión, de promesas, de buenas intenciones... Por ello considero importante hacer las cosas con sentido común, con sentimiento de responsabilidad, sobre todo en la época actual, de crisis económica acuciante. Tengo cerca de mi lugar de trabajo la ciudad de Manresa, en la que cada año se produce un pequeño milagro: que un club humilde continúe vivo entre los grandes del básket español. Y, además, es un vivo muy vivo, ya que gracias al trabajo bien hecho, sin ostentaciones, con una política clara de cantera y unos extranjeros sin grandes pretensiones económicas, y con un entrenador que cree en el “producto”, luchan y se cuelan entre los mejores.

Ese, creo yo, es el buen camino. Las políticas económicas basadas en la ostentación, en tirar el dinero, y sobre todo en un tiempo de crisis como el actual, son un insulto, si se me permite decirlo de esta manera, a los pobres, a las personas que no tienen trabajo y que lo están pasando realmente mal. Por esta razón, mi voto estaría por un baloncesto de calidad, obviamente, pero basado en los equipos inferiores; y que la mejor inversión fuera potenciar, cuidar a aquellos chicos y chicas que quieren progresar por medio de un deporte amado. Gracias a esa política de cuidar canteras tenemos una Selección como la que gozamos: campeona del mundo, de Europa... Sin esa política de cantera no se podría llegar nunca a tener un equipo que enamorara por el mundo.

Este 2009 ha sido inolvidable para muchos. Deportivamente, casi no se le puede pedir más. La selección absoluta masculina nos ha dado la máxima alegría y las demás, sin olvidarnos de la femenina, claro, también han hecho lo mejor –con más o menos suerte-. Hasta el fútbol nos está imitando. En ese mundo tan repleto de estrellas y de fichajes estratosféricos resulta que el que gana es el que se basa en la cantera, en los jugadores de la casa –que son reconocidos por todos como los mejores del mundo-. La política de cantera, que potencia a la formación de personas, primero, y de deportistas, después, es la que me gusta defender. Ese es el buen camino.

Y fruto de ese buen camino es el torneo de categoría junior Ciutat de L’Hospitalet, que no falla a la cita por Reyes, y que reúne a lo bueno y mejor del básket europeo. Este año, el campeón se gana, además, una plaza en la Final Four de la Euroliga junior, que se celebrará paralelamente a la senior. Los que podáis, no os lo perdáis, de verdad. No os defraudará. Bon Nadal – Feliz Navidad y Feliz 2010.