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lunes, 10 de mayo de 2010

¡Suerte, Barça!

Qué ganas que tengo de ver la primera semifinal de esta tarde entre el CSKA y el Barcelona! Todo el mundo da por hecho que el Barça llegará a la final… y que la ganará. Eso me da miedo. La etiqueta de favorito no ayuda a conseguir objetivos; más bien lo contrario. Por lo que ese punto tal vez sea el más negro que tiene por delante un equipo que se merece por juego, por resultados, por justicia, su segunda Copa de Europa. Perder sólo dos partidos en una competición larguísima, y uno de ellos de la manera que se produjo en Belgrado, es un bagaje difícil de igualar. El mejor equipo de la historia de la liga regular de la ACB necesita redondear un año espectacular.

Lo malo es su currículum europeo: 11 veces ha llegado el equipo azulgrana a la Final Four de la Euroliga y sólo una vez ha conseguido su objetivo –en Barcelona, el año 2003-. En el 91 y en el 96 también llegó a la cita de París, y esta vez es la tercera, que esperemos que sea la vencida. La segunda Copa de Europa del equipo de fútbol también la consiguió en París… No sé, creo que se dan muchas casualidades como para que el equipo de Xavi Pascual se alce con el triunfo final.

La verdad es que este grupo se la ha ganado. Alguna otra vez he alabado el trabajo de Pascual y de Agustí Julbe –segundo entrenador, hermano de Alfred, y compañero mío de promoción de Periodismo-, pero es que han conseguido hacer un equipo compensado, de amigos –me atrevería a decir-, de jugadores en que el compromiso, el amor a unos colores y a una afición que no les ha dado nunca la espalda, en el que la cantera –frente a la cartera de otros- lleva la batuta del vestuario y del cinco inicial.

Me gustaría estar ahora mismo en París y presenciar en directo una nueva Final Four. Me gusta este deporte y, pese a tener el corazón de árbitro, también me gusta ver ganar a los equipos que hacen bien las cosas, que tienen un modelo, que saben el camino a seguir, sin que el dinero sea la línea editorial...

Recuerdo y recordaré toda la vida la final del 96, en la que Vrankovic taponó ilegalmente el lanzamiento de José Antonio Montero, que le daba la victoria al Barcelona, ante la inhibición del colega israelí –que ha reconocido su error, estos días-. El domingo previo a esa final le hice una entrevista radiofónica a Montero, en la que le dije que presentía que tendría un papel destacadísimo en esa final a cuatro que comenzaba el martes. Lo tuvo el jueves… y de qué manera!

Bien, a pocas horas del inicio del partido de esta tarde, sólo tengo un deseo en la cabeza: que no le falte la suerte, al Barça, y que el lunes pueda escribir un nuevo post con alegría… doble?

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