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viernes, 21 de agosto de 2009

Ganas de Selección

Está visto que hay ganas de Selección. Atrás quedan las épocas de vacas flacas, con poca repercusión mediática y deportiva, sin capacidad para llenar pabellones. Siempre tengo presentes unas palabras que me dijo Epi en una entrevista, que aseguraba que para que el baloncesto de nuestro país –o de cualquier país- funcione, es importante que la Selección sea buena, competitiva, que arrastre a la afición. Estamos en la línea correcta, vamos por buen camino; por consiguiente: el baloncesto sube.

Por fin se ganó algo importante, el Mundial; el pasado Europeo –el que nos pertenecía por juego y por todo- se nos escapó en el último suspiro. Pero ahora tenemos la opción de volver a ganar, pero lo más importante es que ya se cuenta con la medalla –por lo menos, la de plata, el subcampeonato-, cuando antes siempre nos quedábamos en cuartos. Antes se tenía siempre pánico al cruce de cuartos de final, que nunca se superaba. La decisión o la actuación arbitral “desacertada”, recurrente para tapar carencias, ha servido para justificar los malos campeonatos. Pero ahora todo ha cambiado: ya no dependemos de otros, de factores externos, los jugadores son buenos o muy buenos, los pabellones se llenan porque se ve espectáculo... Se podría decir que lo que se echa en falta en la época actual es ganar los partidos de uno o dos puntos, pues normalmente se ganan por veinte puntos –o más- como si nada, ante rivales que antes nos hacían pasar por el aro, y nunca mejor dicho.

Atrás han quedado campeonatos grises, jugadores que han pasado con más pena que gloria –algunos de ellos buenos, pero mal acompañados-, ilusiones perdidas. Recuerdo amargamente los JJ OO de Barcelona 92: el fracaso deportivo, el episodio con Angola... Fatal. Tampoco guardo buen recuerdo, obviamente, del Europeo de Badalona (1997). Todo el terreno ganado en los JJ OO de Los Angeles 84 se vino abajo en pocos años. Yo fui de los que se engancharon al baloncesto gracias a aquellos Juegos. No tenía pereza por levantarme a las seis de la mañana para no perderme el partido en directo de la selección. ¡La plata supo a oro!

El baloncesto en nuestro país ha cambiado, ¡gracias a Dios! Las cosas se hacen bien y eso se nota. Los jugadores, cuando la estructura funciona, salen con más facilidad. Y la gente, el aficionado, el recién llegado a este deporte, va creciendo. A ver qué pasa en Polonia. Esperemos que todo vaya como se espera, que Pau Gasol pueda aportar también su granito de arena para conseguir ese oro que se nos escapó en la pasada edición del Europeo de Madrid. Estaremos bien atentos. ¡¡Suerte, chavales!!