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miércoles, 10 de diciembre de 2008

Sentido común

Dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos. Y no falta razón. A veces, cosas sencillas las llegamos a complicar por no abrir bien los ojos y comprobar que lo normal es la opción más fácil. En el arbitraje, aplicar el sentido común ayuda... ¡y mucho! Siempre he creído que lo que no te soluciona el Reglamento te lo arregla una buena salida, una solución con sentido.

En categorías inferiores, ¿por qué no podemos dejar jugar a una criatura que se ha olvidado el DNI o la ficha? Ya sé que no es lo políticamente correcto, pero siempre he considerado que un breve discurso sobre la responsabilidad –a su padre, madre o entrenador/a-, la importancia de ir documentado... ha servido para que no se lo olviden en una próxima ocasión. No me he escondido nunca y se lo he dicho al equipo contrario, por cierto; siempre lo han entendido y, ya se sabe: hoy por ti, mañana por mí.

En altas esferas también he aplicado el mismo sentido y me ha salido bien: recuerdo un partido de cuartos de final de LEB en Plasencia. En el descanso me vino el redactor de Zaravisión, que ofrecía el partido Plasencia-CAI Zaragoza en directo, junto con el entrenador visitante. Resultaba que desde la mesa de anotación habían puesto dos puntos al local en lugar de habérselos otorgado al visitante. Consideré que tenían razón sin llegar a ver ni las imágenes. De ganar de diez pasaba a ganar de seis, el Plasencia. Una vez finalizado el descanso, me fui hacia el entrenador local, se lo comenté y lo entendió a la primera. Resultado: modificación del acta y del marcador electrónico –ante la sorpresa de la parroquia local-. Me quedé satisfecho con la decisión, claro.

Son dos ejemplos que se podrían ampliar a muchos más. Parece mentira, pero el sentido común se aplica poco, en todos los ámbitos de la vida. Tendríamos que echar mano de él mucho más a menudo de lo que lo hacemos. Nos solucionaría problemas... ¡¡sobre todo a los árbitros!!

1 comentario:

rafaocana dijo...

Totalmente de acuerdo, Oscar. A veces queremos ser más papistas que el Papa y tampoco es cuestión. Un saludo y ánimos con el blog!!